domingo, 30 de septiembre de 2012

Esquema de tesis + párrafos de Julio César Durán



Área: Estética

Tema: Cine

Problema: Para Walter Benjamin, ¿cuál es el impacto de la reproductibilidad técnica en la obra de arte?

Hipótesis: El arte sufre una transformación, pierde su carácter aurático y con él su valor de culto se convierte en un valor para la exhibición, cuya manifestación fundamental es el arte cinematográfico.


  1. Arte.
1.1.   Teoría del arte de Walter Benjamin.
1.2.   La obra de arte.
1.3.   Valor de culto: función ritual y magia.
1.4.   Aura.
1.4.1 Arte inacercable y arte masificado.
1.5. Fotografía y Cine.

  1. Reproductibilidad técnica.
2.1.   Reproducción del arte.
2.2.   Reproducción de imágenes.
2.3.   Autenticidad.
2.4.   Aparecimiento lejano y aparición masiva.
2.5.   Belleza, experiencia profana.

  1. Arte cinematográfico.
3.1.   Cine como arte.
3.1.1. Montaje cinematográfico.
3.2.   Secularización del arte: valor para exhibición.
3.3.   Cine: del fundamento ritual y la experiencia, al fundamento político.


Párrafos:

3. Arte cinematográfico.
3.1  Cine como arte.
3.1.1. Montaje cinematográfico.

Ya con la fotografía, el valor ritual o valor de culto comienza a perder el terreno de manera drástica en la obra de arte. Para Walter Benjamin  los elementos que constituyen a la obra de arte –la unicidad, la lejanía, lo inaccesible, lo auténtico– y que son parte esencial de la idea del aura, se van diluyendo para dar paso a una nueva forma de entender a la pieza artística, ya no como una obra aurática si no como un objeto cuyo valor está en la exhibición. La capacidad de reproducir sucesos a partir de la fotografía cambia totalmente el sentido de una obra de arte y le dio una base en la experiencia, “la época de la reproductibilidad técnica del arte separó a éste de su fundamento ritual[1]”.

Con la reproductibilidad técnica, y específicamente con la fotografía, el contenido visual de una obra tiene un mayor peso o mayor importancia que su mera presencia (que por sí misma generaba culto al estar asociada con elementos tal vez mágicos). Así, la reproducción toma independencia con respecto a la obra o al objeto original que está siendo representado y por sí misma, como producción de una nueva obra, deja de ser una obra de arte, en todo caso, como señala Benjamin, se trata únicamente de un desempeño artístico. ¿Qué pasa entonces con una pieza cinematográfica, si no encuentra en la mera reproducción de una realidad su fundamento artístico? Lo reproducido, ya sea en un estudio cinematográfico o en una locación, y la reproducción misma sin duda no constituyen una obra de arte. El arte, en su carácter de valor para la exhibición –cuyos elementos son la cercanía, la apropiación, la vulgarización– surge, como lo menciona Walter Benjamin, dentro del cine a partir del montaje.

La definición de montaje que nos da el diccionario de la Real Academia de la Lengua: “combinación de las partes de un todo. En el cine, ordenación del material ya filmado para constituir la versión definitiva de una película”. Justamente, el montaje supone la disposición de una serie de reproducciones diferentes e independientes entre sí para unirlas de manera que se fabrique una unidad orgánica. Gilles Deleuze menciona en la tercer parte de La Imagen-Movimiento, al hablar del célebre cineasta norteamericano D.W. Griffith –pionero del medio, conocido como el padre del lenguaje cinematográfico– que “concibió la composición de las imágenes-movimiento como una organización, […]. Su hallazgo fue ése. El organismo es ante todo una unidad en lo diverso, es decir, un conjunto de partes diferenciadas[2]”.

Un filme encuentra entonces su lugar como obra de arte a través del orden de las diferentes reproducciones visuales que lo conforman. El cine se constituye como la unión de imágenes en movimiento capturadas y reproducidas de manera independiente, a través de la cual se creará un nuevo sentido que puede ser muy diferente al que cada parte de aquel todo tiene por separado. La imagen que el hombre de cine ofrece, a pesar de la fragmentación que pudiera dejarla fuera del espectro del arte, es una nueva forma de representación y modifica de manera total el sentido tradicional de la obra artística[3].

La base y la razón de ser de una película es la manera en que se disponen sus diferentes planos o tomas, “el montaje es el todo del film”[4]. La representación (audiovisual) final que tenemos de la obra cinematográfica es la de una imagen que ha sido cortada y reconstruida, para después agrupar los distintos segmentos acorde al sentido que el autor fílmico desee darle.


[1] Benjamin, Walter. La obra de arte en la época de su reproductibilidad técnica. Ítaca, 2003, p. 63.
[2] Deleuze, Gilles. La Imagen-Movimiento. Estudios sobre cine 1. Paidós, 1983, p. 52
[3] Dominique Chateau menciona en su libro Cine y Filosofía que la teoría de Benjamin es atravesada por dos movimientos contrarios: uno que pone como consecuencia de las técnicas de reproducción, la pérdida del aura y el retroceso del sentido tradicional de arte; y otro que ve a esta involución como un momento de expansión de la cultura de masas y la creación de nuevos valores, útiles para el cine.
[4] Deleuze, Gilles. Op. Cit., p. 51

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